La piel puede reflejar lo que pasa dentro. El stress y ansiedad pueden afectar a tu salud, por la constante liberación de hormonas como adrenalina y cortisol. Eso es lo que vemos en la piel:
- Ojeras y bolsas, hinchazón;
- Piel apagada y más flácida, envejecimiento prematuro de la piel;
- Sudoración excesiva;
- Picores en piel, cuero cabelludo, eccemas;
- Granos, imperfecciones y acné;
- Empeoramiento de problemas de piel como psoriasis, alopecia areata, dermatitis seborreica.
Muchas personas con enfermedades dermatológicas pueden empeorar su condición y percibir más brotes en contexto de stress emocional como es el caso de pacientes con acné.
En algunas situaciones, el stress puede general una carencia de control de impulso y es paciente produce (conscientemente o no) heridas en su propia piel. También, más común en la infancia, puede aparecer el hábito de arrancarse el cabello o pelo de las cejas y pestañas. Una otra expresión de un desajuste emocional está la preocupación por un defecto físico imaginario llamado dismorfofobia.
Estos problemas a pesar de seres consultas frecuentes en dermatología y medicina estética, noramalmente van relacionados con ansiedad y depresión y necesitan tratamiento y seguimiento psicológico y/o psiquiátrico.