El ácido hialurónico es un material de relleno ampliamente utilizado y estudiado. Existen muchas marcas aprobadas y también muchos tipos para restablecer volumen, hidratar, mejorar el contorno.
Uno de los papeles del médico experto inyector es conocer las líneas de productos, sus características y técnicas de aplicación, y escoger lo que le parece más efectivo y seguro para sus pacientes.
El tipo y la cantidad dependen muchísimo de una combinación de variables como la zona a tratar, el nivel de deficiencia de volumen de la zona, las características de calidad de la a piel y anatomía del paciente, así como el resultado que se quiere alcanzar.
De una manera general cuanto mayor es la pérdida de volumen, más cantidad se necesita, pero que se pueden hacer en etapas. Si son muchas zonas a tratar, también se requerirá más material.
En relación al tipo de hialurónico y simplificando mucho, si la zona a tratar necesita más proyección, optamos por un producto más firme, mientras en áreas que se mueven mucho requieren algo más elástico. Áreas especiales como las ojeras y labios también exigen algo diseñado para estas zonas de piel más fina.
Hay que estar siempre estudiando mucho y tener una base de conocimiento amplia para entregar ese resultado con la máxima seguridad.
Por eso, lo más importante es conocer el médico que le recomienda y aplica. Saber su nivel de experiencia, su sentido estético para producir resultados discretos y bonitos y cuánto está entrenado para combinar y personalizar tratamientos.
El ácido hialurónico sigue siendo una de las herramientas más importantes para compensar la pérdida de grasa y hueso que ocurre con la edad, pero tampoco es la “bala de plata” que resuelve todo. Es papel del médico saber si es necesario en tu caso.
Déjate asesorar, ten un médico en que confías. Lo mejor para un resultado duradero, natural y con menos inversión por sesión es empezar a tratar cuanto antes, seguir con sesiones de mantenimiento y tener un adecuado seguimiento a largo plazo, combinado con otras técnicas de rejuvenecimiento.