Para mantener tu piel sana y con apariencia joven, más allá de hacerse procedimientos estéticos, no se puedes olvidarte de también cuidar otros aspectos de tu vida que son esenciales en este proceso. Acá les pongo algunos consejos que siempre recomiendo a mis pacientes:
Limpiar pero sin exagerar. La suciedad en la piel por la polución o por maquillaje pueden contribuir para inflamación y envejecimiento de la piel. La limpieza debe ser realizada máximo dos veces al día, con productos adecuados para tu tipo de piel, sin estar todo el tiempo limpiando y frotando la piel. Exfoliaciones más potentes deben ser reservadas para 1 vez a la semana. La limpieza de la cara dos veces al día es suficiente.
No fumar. El tabaco es uno de los productos que más afecta negativamente la salud y la piel. Dificulta la oxigenación de los tejidos y la reparación, produce daño celular importante contribuyendo para perdida de colágeno, flacidez, arrugas y color apagado.
Protegerse del sol. A pesar que culturalmente nos gusta un color más bronceado de la piel, este bronceado es una respuesta de defensa del organismo al daño causado por la radiación solar. Este daño es acumulativo, así que cada año vamos sumando daño y las consecuencias se notan más tarde, con envejecimiento de la piel, arrugas, manchas, tumores de la piel benignos y malignos. Usar protector solar en zonas expuestas, no quemarse y no usar cámaras de bronceado son medidas importantes.
Alimentación equilibrada. Una alimentación que incluya vegetales y hojas verdes, frutas, alimentos integrales, ayuda a aportar los nutrientes necesarios para una piel de calidad. Lo que hay que evitar son alimentos industrializados, de alto contenido de azúcar, de alto índice glicémico, alto contenido de grasa o embutidos. La alimentación equilibrada mantiene la microbiota (los microorganismos presentes en nuestro cuerpo) equilibrada, lo que disminuye el proceso inflamatorio en muchas enfermedades de piel como acné, rosácea y psoriasis.
Actividad física. El ejercicio físico 1 hora cada día produce una serie de alteraciones en el metabolismo que son benéficos no solo para mantenimiento de la fuerza muscular y capacidad aeróbica, pero para el intestino, corazón, regulación del sueño y salud mental. Al mejorar el metabolismo y la oxigenación de los tejidos, la actividad física contribuye para una piel sana y luminosa.
Si ya incluyes algunos de estos hábitos en tu rutina, ya vas por buen camino para mantener tu piel bonita y sana. Contácteme si quieres saber más sobre cómo podemos mejorar y personalizar aún más esta rutina.